Un tronco seco ablandado por dos almohadones nos invita. Y buscamos. Podemos seguir el trazo de las ramas bajo el cielo. El sol construye su propio laberinto tras el filtro de las hojas. Si suena, el chistido seco de un colibrí nos habrá puesto cerca de la posibilidad de otro recorrido. Este vagabundeo con la imaginación elegirá hacer pie en las hojas, en las alas, en la luz. O puede detener su mirada en el gatito que dedica ingentes esfuerzos a perseguir su propia cola.

Que el gato encuentre su rabito y lo muerda es tan inmediato como la sorpresa dolida con la que se suelta. Pero pocos segundos después olvida o juega a que olvida y vuelve a correr tras de sí. Nosotros pasaremos los días en la misma ronda de encuentros de luz, mordidas de ramas y colibríes de olvido.

Quizás aquí, Bajo la rosa china, experimentemos algo de ello.

martes, 21 de mayo de 2013

Un poema de Ángel González

Ángel González

TODOS USTEDES PARECEN FELICES...

...y sonríen, a veces, cuando hablan. 
Y se dicen, incluso, 
palabras 
de amor. Pero 
se aman 
de dos en dos 
para 
odiar de mil 
en mil. Y guardan 
toneladas de asco 
por cada 
milímetro de dicha. 
Y parecen --nada 
más que parecen-- felices, 
y hablan 
con el fin de ocultar esa amargura 
inevitable, y cuántas 
veces no lo consiguen, como 
no puedo yo ocultarla 
por más tiempo: esta 
desesperante, estéril, larga, 
ciega desolación por cualquier cosa 
que --hacia no sé dónde--, lenta, me arrastra. 

 - . - . -

Ángel González. En Poesía última (Eladio Cabañero, Ángel González, Claudio Rodríguez, Carlos Sahagún, José Ángel Valente). Selección y nota preliminar de Francisco Ribes. Taurus Eidiciones: 1ª ed.: 1963;  3ª ed.: 1975. Madrid (España), 1975. Pág. 64. 

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