Un tronco seco ablandado por dos almohadones nos invita. Y buscamos. Podemos seguir el trazo de las ramas bajo el cielo. El sol construye su propio laberinto tras el filtro de las hojas. Si suena, el chistido seco de un colibrí nos habrá puesto cerca de la posibilidad de otro recorrido. Este vagabundeo con la imaginación elegirá hacer pie en las hojas, en las alas, en la luz. O puede detener su mirada en el gatito que dedica ingentes esfuerzos a perseguir su propia cola.

Que el gato encuentre su rabito y lo muerda es tan inmediato como la sorpresa dolida con la que se suelta. Pero pocos segundos después olvida o juega a que olvida y vuelve a correr tras de sí. Nosotros pasaremos los días en la misma ronda de encuentros de luz, mordidas de ramas y colibríes de olvido.

Quizás aquí, Bajo la rosa china, experimentemos algo de ello.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Un poema de Hye-Soon Kim

Hye-Soon Kim

NOCHE DE SEÚL 

¿Cuántas cordilleras debo pasar 
para llegar a ti? 
Una hormiguita 
atraviesa 
los pétalos de una rosa de plástico. 

¿Cuántos escalones debo subir 
para despertarte? 
A medianoche subo sigilosamente 
por el ascensor de la luz encendida 
con el cuerpo tembloroso 
hacia tu cuerpo dormido. 

¿Cómo se puede chupar la luz del farol? 
Una polilla 
pica el farol toda la noche 
con su lengua aguda como una aguja. 

de Seúl, mi Upanishad 

- . - . - 

HYE-SOON KIM. Tomado de El tiempo transparente / Cuatro poetas coreanos contemporáneos. Selección, traducción y revisión: Woo-Hoon Choo, Francisco Carranza Romero, Oscar A. Mavila Marquina. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima (Perú), 1996. Pág. 117.

sábado, 27 de agosto de 2016

Un poema de José Pedroni

José Pedroni

SÉPTIMA LUNA 

Frente a frente, en la mesa, que es un humilde altar, 
hablamos en voz baja del que está por llegar. 

Sobre la tinta verde del hule de la cena 
la lámpara proyecta su tibia luna llena. 

Y una penumbra suave refleja en toda cosa 
la flor iluminada de su pantalla rosa. 

Cortado del diario que nos llegó en el día, 
el molde sufre el peso de la copa vacía. 

Molde de camisita que en el papel conserva, 
casi todo el dibujo de un pastor en la hierba. 

¡Molde de camisita con una historia trunca, 
y la palabra siempre, y la palabra nunca

Caído de tus manos, el ovillo de lana 
estira hasta la puerta su purísima cana. 

A tus pies duerme el perro, y a mi calor, liviano, 
el libro recibido de un poeta lejano. 

¡Libro de adolescente, libro desconocido, 
en mis rodillas juntas como un recién nacido! 

Y he aquí que te digo: --Si tal es tu querer, 
también, por tu alegría, yo lo espero mujer, 

Pero que siempre sea dulce de condición; 
no importa, amiga mía, si mujer o varón. 

De modo que en sus manos, ya de José o de Marta, 
el pan se subdivida y el vino se reparta. 

Aunque después los otros, en un olvido cruel, 
sirvan el pan sin ella o el buen vino sin él. 

Así, sencillo y bueno, sencillo y sin fortuna, 
será de los que tienen su símbolo en la luna. 

Que la luna noctámbula, en su piedad remota, 
es moneda de todos, y casi siempre rota. 

- . - . - 

JOSÉ PEDRONI. Gracia plena. Prefacio de Leopoldo Lugones (fechado en Bs. As., 13 de junio de 1926). Librería y Editorial Castellví S. A. Santa Fe (Argentina). 4ta. Edición, 1953.