Un tronco seco ablandado por dos almohadones nos invita. Y buscamos. Podemos seguir el trazo de las ramas bajo el cielo. El sol construye su propio laberinto tras el filtro de las hojas. Si suena, el chistido seco de un colibrí nos habrá puesto cerca de la posibilidad de otro recorrido. Este vagabundeo con la imaginación elegirá hacer pie en las hojas, en las alas, en la luz. O puede detener su mirada en el gatito que dedica ingentes esfuerzos a perseguir su propia cola.

Que el gato encuentre su rabito y lo muerda es tan inmediato como la sorpresa dolida con la que se suelta. Pero pocos segundos después olvida o juega a que olvida y vuelve a correr tras de sí. Nosotros pasaremos los días en la misma ronda de encuentros de luz, mordidas de ramas y colibríes de olvido.

Quizás aquí, Bajo la rosa china, experimentemos algo de ello.

lunes, 17 de junio de 2013

Un poema de Rafael Felipe Oteriño

Rafael Felipe Oteriño

LA TELARAÑA

El otro día vi, o creí ver, 
en el silencio de los árboles después de la lluvia, 
una telaraña entre dos ramas suspendida, 
y en las nervaduras de su red 
/ millares de perlas de agua, 
pesándole y tensándola, 
en un equilibrio demasiado frágil como para durar. 

Era una imprevista verdad 
/ en el instante 
de desprenderse de su significado: 
la escudilla que un rey sangriento usó y arrojó, 
/ el latido 
de quien cumpliera una cita sublime 
a orillas del parque. 

Magnífica flor creada por el cerebro, 
que ahora bañan gruesas nubes y sol, 
desplazándose y ganándose, 
/ elevándose y huyendo: 
música tan callada 
en un silencio de ramas 
/ otra vez libres. 

- . - . -

Rafael Felipe Oteriño: Ágora. Ediciones del Copista; Colección Fénix, vol. 32. Córdoba (Argentina), 2005. Pág. 53.

sábado, 15 de junio de 2013

Un poema de Pablo Neruda

Pablo Neruda

SI TÚ ME OLVIDAS

Quiero que sepas 
una cosa.

Tú sabes cómo es esto: 
si miro 
la luna de cristal, la rama roja 
del lento otoño en mi ventana, 
si toco 
junto al fuego 
la impalpable ceniza 
o el arrugado cuerpo de la leña, 
todo me lleva a ti, 
como si todo lo que existe, 
aroma, luz, metales, 
fueran pequeños barcos que navegan 
hacia las islas tuyas que me aguardan. 

Ahora bien, 
si poco a poco dejas de quererme 
dejaré de quererte poco a poco. 
Si de pronto 
me olvidas 
no me busques, 
que ya te habré olvidado. 

Si consideras largo y loco 
el viento de banderas 
que pasa por mi vida 
y te decides 
a dejarme a la orilla 
del corazón en que tengo raíces, 
piensa 
que en ese día, 
a esa hora 
levantaré los brazos 
y saldrán mis raíces 
a buscar otra tierra. 

Pero 
si cada día, 
cada hora 
sientes que a mí estás destinada 
con dulzura implacable. 
Si cada día sube 
una flor a tus labios a buscarme, 
ay amor mío, ay mía, 
en mí todo ese fuego se repite, 
en mí nada se apaga ni se olvida, 
mi amor se nutre de tu amor, amada, 
y mientras vivas estará en tus brazos 
sin salir de los míos. 

-Ms. Nyon, 3.12.1951 / Los versos del Capitán, 1952.

- . - . -

Pablo Neruda: Antología general. Edición conmemorativa. Alfaguara. Lima (Perú), 2010. Pp. 263-264.

miércoles, 5 de junio de 2013

Un poema de Juan Gelman

Juan Gelman

[s/t]

en la ternura hay 
mundo que los amantes recorren 
sin ver el día que vendrá/ 
la muerte de la voz 

pronunciándose/ronca 
la cama/la cabeza 
en la porfía 
del paladar/el tiempo nómada 

fuera ya del oasis/como quien 
llora en un cuarto sin luz/apenas 
vivido en el sabor 

del pudo ser/impaciente del cielo 
que no sobrevendrá/con más 
amor y antes 

a andreíta

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Juan Gelman: Incompletamente. Seix Barral; Biblioteca Breve. Buenos Aires (Argentina), 1997. Pág. 58.