Juan Gelman |
La esencia de la pala
no tiene esencia, pero
cava y sus combinaciones con la tierra
abren túneles, pozos.
Sin ella, ¿quién se ahueca
para llenarse de vacío?
El acto último del amor puro
no juzga ni calcula, desoculta
los crepúsculos secos de
mieles amargas. Todo
se torna forastero y hay sombras,
como arenas dormidas.
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