Un tronco seco ablandado por dos almohadones nos invita. Y buscamos. Podemos seguir el trazo de las ramas bajo el cielo. El sol construye su propio laberinto tras el filtro de las hojas. Si suena, el chistido seco de un colibrí nos habrá puesto cerca de la posibilidad de otro recorrido. Este vagabundeo con la imaginación elegirá hacer pie en las hojas, en las alas, en la luz. O puede detener su mirada en el gatito que dedica ingentes esfuerzos a perseguir su propia cola.

Que el gato encuentre su rabito y lo muerda es tan inmediato como la sorpresa dolida con la que se suelta. Pero pocos segundos después olvida o juega a que olvida y vuelve a correr tras de sí. Nosotros pasaremos los días en la misma ronda de encuentros de luz, mordidas de ramas y colibríes de olvido.

Quizás aquí, Bajo la rosa china, experimentemos algo de ello.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Un poema de Gyula Kosice






ITINERARIO DE CILL 

Estábamos admirados de tantas marchas disimuladas 
de orillas que germinaban por placer 
hasta de los propios avatares sin temple 
que se enmendaban al divisarlos 

Y por consiguiente superioridad emotiva 
los trazados de CILL no dejaban 
transformarse en su propia ocupación 
llegan a subequisar todo lo indecible 
en términos de comparación 

Pero una perfecta visión de cill hacía presentir 
el más peligroso acecho del cielo contra su norte 

Podíamos suponer a cill en tan larga seguridad 
como si imagináramos un bloqueo a la pronunciación? 
Sería ejemplificada ésta su manera que podía ser 
si suavemente cill descubriera la tirantez del horizonte? 

Como una acción a propósito 
como una desfavorable miríada de voces 
llegamos así a subequisar la ruta de cill 
sin poder apuntarla 

- . - . - 

GYULA KOSICE. Obra poética. Selección 1940-1982. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 1984. Pág. 115.




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