[RECIPROCIDAD DEL AMOR]
No siempre la mujer con amor falsosuspira: cuando el cuerpo de su amante
contra su seno aprieta entre sus brazos;
cuando sus labios húmedos imprimen
besos que fluyen el deleite, entonces
su amor es verdadero, y deseosa
de gozar el placer común a entrambos,
le incita a que concluya la carrera
del amor: no podrían de otro modo
las aves, los ganados y las fieras
y yeguas a los machos ayuntarse,
si las hembras calientes no estuvieran,
si en ellas no excitaran los hervores
del placer esta dulce resistencia
tan favorable a la caliente Venus.
¿Por ventura no ves también aquellos
que un deleite recíproco ayuntara
en mutua ligadura atormentados?
¿Y queriendo los perros desligarse,
en las encrucijadas muchas veces
cada uno tira mucho por su parte
cuando los tiene Venus aún pegados
con fuertes ataduras? No lo harían
si no fueran comunes los contentos
que en aquel dulce lazo los unieron,
teniéndolos a entrambos en prisiones.
Sólo el placer recíproco es deleite.
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